viernes, septiembre 14, 2007

San Rafael Arcángel vela por Bejuma "El pueblo tiene otra cara "


Bejuma Estado Carabobo
Fundación: No tuvo.

Altitud: 667 mts/s.n.m.

Temperatura media: 24 C


Patrono: San Rafael Arcángel


Aun cuando nació sin ser fundado, es una de las poblaciones más jóvenes de Carabobo donde se tienen los ojos puestos en el desarrollo industrial y agropecuario

Calles muy limpias y coloridas casas coloniales.


A diferencia de las otras poblaciones de los valles altos de Carabobo, ya Bejuma está perdiendo su sabor a pueblo para convertirse en una pequeña ciudad, con todos los beneficios que el progreso conlleva y con los contrastes propios de un gentilicio que no se atreve a abandonar su terruño.


En la Carretera Panamericana, entre Valencia y Barquisimeto, se encuentra enclavada en esos espectaculares valles la población de Bejuma, capital del pujante municipio del mismo nombre que por muchos años en la historia perteneció al cantón de Montalbán y antes a Nirgua, pero siempre dentro de la provincia de Carabobo.


El verdor que cubre los caminos y plazas de este centro poblado, principalmente en la época de lluvias, es lo que le ha acreditado a Bejuma el epíteto de "Jardín de Carabobo".


Desde tiempos muy remotos, en tierras que fueron de Candelaria Soto de Coronel, se fueron formando caseríos. Las familias propietarias y herederas de estas tierras decidieron donarlas para constituir el pueblo, pero no fue sino hasta 1845 cuando se protocolizaron dichos documentos de legado y existe oficialmente la población de Bejuma.

BEJUMA Y LOS VALLES ALTOS


Una micro región, inseparable desde todo punto de vista por su historia, por su origen geológico y político, y por sus diferentes actividades, es conocida como la de los valles altos de Carabobo.
Bejuma, Montalbán y Miranda constituyen el eje occidental del estado, ubicadas en la zona del macizo de Nirgua, ramal interior de la Cordillera de la Costa que emergió hace unos doce millones de años sobre la faz de la Tierra. Luego de la Independencia, la república de Colombia se dividía en departamentos, éstos en provincias y ellas en cantones. Para 1824, el departamento de Venezuela contaba con las provincias de Caracas y Carabobo. Esta gran entidad político-territorial fue desmembrándose a medida que se fundaban nuevos pueblos y aumentaba su población. En 1835 Montalbán es elevado a categoría de cantón al separarse de Nirgua (todavía estado Carabobo), conformado por las parroquias de Canoabo y Miranda. Para ese momento, no existían Bejuma y Miranda como parroquias, y contaba con 3.272 habitantes.


Por Decreto Legislativo del Congreso de 1856, el 23 de abril de ese año la provincia de Carabobo quedó dividida en cuatro cantones: Valencia, Puerto Cabello, Montalbán y Ocumare. Así se aprecia que desde entonces, el eje occidental tiene un origen político común. El gran cantón de Montalbán quedó integrado por las parroquias Montalbán, Bejuma, Canoabo y Miranda. Posteriormente, Bejuma es elevado a Distrito en 1859 y Miranda en junio de1988.


Los valles altos de Carabobo alcanzaron su máxima prosperidad hacia 1870, llegando a producir 60 mil sacos de café. Pero la región comenzó a decaer en 1895 cuando la epidemia de fiebre amarilla casi acabó con la población.


Fue hasta después de la dictadura de Juan Vicente Gómez cuando la zona se recupera de la recesión, al diversificarse los cultivos y abrirse nuevas vías de comunicación.


Las fértiles tierras occidentales del estado y en especial las de Bejuma, que tanto café regalaron, comenzaron a producir cítricos de altísima calidad y en grandes cantidades, principalmente naranjas, así como tabaco rubio. Pero más recientemente esta actividad agrícola ha ido cediendo el paso a tierras para la ganadería en virtud de que los monopolios industriales han cercenado su desarrollo, quedando en manos de ciertos grupos económicos la decisión de los destinos de la producción agrícola.


Bejuma es palabra indígena que significa "papa en abundancia", pero tal vez esas papas se quedaron solo en Chirgua, parroquia rural que pertenece al municipio Bejuma.


Las tierras de Bejuma, Montalbán y Miranda constituyen el alivio perfecto para la Valencia que comienza a ahogarnos, inclusive para los estresados citadinos de otras capitales cercanas.

LOS ALREDEDORES DE LA PLAZA


Tantos árboles brindan una frondosa sombra a quienes descansan en la Plaza Bolívar de la capital de este municipio. Una remozada casa municipal de arquitectura colonial combina perfectamente con los recuerdos de los bailes patronales que se celebraban en lo que constituye hoy día el boulevard de la plaza.
En otro ángulo, la Iglesia de San Rafael, sólida edificación inaugurada 23 días antes de que tumbaran al entonces presidente, General Marcos Pérez Jiménez.
Internamente, la iglesia es imponente. Lujosas maderas, un púlpito como los que vemos en los óleos de los grandes templos del siglo pasado y un grupo de imágenes bien dispuestas, son iluminadas por la luz de imponentes lámparas tipo araña. Al fondo, tras el altar, la imagen de San Rafael Arcángel, la misma que existe en el pueblo desde que se creó como parroquia.


Otra de las calles laterales de la plaza mayor de Bejuma, está colmada de negocios muy concurridos, que tratan de conservar en parte los rasgos arquitectónicos que caracterizan a la mayoría de las edificaciones bejumenses.


DESARROLLO QUE AVASALLA


Gran circulación de bicicletas y motos por las calles, nos recuerda que Bejuma es un pueblo (que da nombre a un municipio). Pero ese pueblo tiene hospitales, policlínico, centros de educación que alcanzan hasta el bachillerato completo, bancos, numerosos comercios de todo tipo y hasta clubes de vídeo.


Bejuma no cuenta todavía con semáforos, pero pronto harán falta para facilitar la circulación. Lo que pasa es que es un valle tan amplio que todavía tiene mucha tierra buena hacia donde crecer.
Numerosas empresas procesadoras de cítricos y granjas avícolas, aparte de los incontables negocios que satisfacen casi toda clase de necesidades a la zona, brindan las principales plazas de trabajo a la gente de Bejuma y de los pueblos cercanos, como Aguirre, Chirgua, Canoabo y los caseríos circunvecinos.

ORGULLO BEJUMERO


Una de las características de esta población es que su gente se siente orgullosísima de ser bejumera. Muchos van a Valencia a estudiar o a buscar mejor suerte, pero casi siempre regresan y, en todo caso, su corazón está en Bejuma.


Entre los apellidos locales que forman parte de la identidad del pueblo, están los Coronel, Piñero, Montenegro, Tovar, Girón, Mérida, Marvez y Núñez, por sólo nombrar unos cuantos.
Bejuma y sus caseríos constituyen el desahogo perfecto para los estresados citadinos, a quienes la ciudad ya comienza a ahogar.

SAN RAFAEL ARCANGEL


Los fundadores o donantes de las tierras que luego conformaron Bejuma, eligieron a San Rafael Arcángel como santo patrono de estas tierras, y cada 24 de octubre tienen lugar las fiestas patronales, por todo lo alto, las cuales nunca se han dejado de celebrar.


Refiere Anaminta Ruiz de González, cronista de Bejuma, que la primera fiesta patronal se celebró en 1843, sólo durante un día, con el encendido de cirio votivo y los bailes en la plaza. Pero más tarde, toda la región esperaba con ansiedad estas fechas, ya que eran tres días de sanos bailes, cantos y fiestas, "y sólo podían ir las niñas que ya hubiesen cumplido 15 años", recuerda, por lo tradicional y lo estricto de la tradición familiar.


En plena Panamericana, en la zona de Bejuma frente a la estación del Cuerpo de Bomberos, está una gran imagen de San Rafael Arcángel, a quien se le atribuye ser el "compañero del camino" y la "medicina de Dios".

¿NADA DE PARTICULAR?

Preguntando por algo típico de Bejuma, nos encontramos sin un plato que lo caracterice: "comemos mucho perico, pabellón criollo, queso y aguacate", cuenta don Maximiliano Rodríguez, sacristán de la Iglesia San Rafael.

Igualmente, Anaminta Ruiz señala que no hay bailes típicos exclusivos de Bejuma: "Pero la parranda en navidad sí es bejumera, y en todas partes se celebra también el Velorio de Cruz de Mayo, pero más o menos igual que en el resto de Venezuela".

Pero fue una delicia sentir, a través de la sonrisa evocadora de la cronista, la frescura del río Bejuma donde ella se bañaba junto a sus hermanas cuando niña.

En la memoria de Anaminta están grabadas las secciones del cristalino río destinadas, una, a las damas y a los niños, otra, "bien lejos", a los caballeros, y otra, a las labores de lavandería, ya que en el pueblo no había acueducto.

¿Y el agua del río era fría? -Era divina..., responde Anaminta mientras se le ilumina el rostro. Ahora, del recordado río tan solo queda un arroyuelo.

¿DONDE PERNOCTAR?

"Tan lindo Bejuma y no hay donde quedarse"... Falso! Desde hace unos doce años, existe la Posada de Los Fundadores. Era la casa del Doctor José Morín Infante, que la fueron adaptando y agrandando, hasta convertirse hoy en día en un agradable lugar con piscina, restaurante y capacidad para hospedar hasta unas 90 personas.


La posada es atendida hoy por Piedad Urán viuda de Morín, quien mantiene a toda costa el ambiente familiar del lugar y los detalles acogedores, que lo han llevado a convertirse en "un rincón de Los Andes en Carabobo", según sus propias palabras.

De no ser en "Los Fundadores", el visitante del occidente de Carabobo deberá recurrir a las posadas ubicadas en Aguirre o Chirgua, que quedan a pocos minutos de Bejuma.

TUCUPIDO Y ALTO DE REYES

Al frente de la entrada a Bejuma, del otro lado de la carretera, se encuentran dos caseríos que se unen por una sola calle, una circunvalación: de un lado está Tucupido, también conocido como El Dorado. Tiene su escuelita, y cada casita, por sencilla que sea, dispone de una pequeña siembra de maíz o de naranjas.

Si se continúa por la circunvalación, se llega (sin casi darse uno cuenta de la diferencia) a Alto de Reyes, otro simpático caserío que tiene su propio templo, bajo el patrocinio de San Pedro y San Pablo, una cancha deportiva, una peluquería unisex y, eso sí, varias licorerías.

Un caminito de tierra que sale de esta circunvalación, conduce hacia el sector llamado Mango Largo, que pertenece al mismo Alto de Reyes. Allí, además de frondosos árboles y los característicos naranjales de las haciendas que quedan a los lados del camino, está ubicada la Casa de Retiro Monseñor Montes de Oca, locación perteneciente a la Arquidiócesis de Valencia, donde realizan retiros espirituales y encuentros tanto de sacerdotes como de religiosas o de laicos. Sin duda alguna, un excelente lugar para meditar. A la Casa de Retiro igualmente se le puede llegar subiendo por una estación de servicio situada cerca de la entrada a Bejuma.

RINCON DE CALAS

Variedades como tanaka, tropical, fantasía, cuba, acrópolis, safari y muchas otras, son parte de las 10.000 calas semanales que se producen en El Rincón.

Un sector de Bejuma, ahora denominado urbanización El Rincón, es cuna de las más hermosas calas que se puedan cultivar en Venezuela, gran parte de las cuales son exportadas semanalmente a los Estados Unidos desde hace tres años por la granja, Floritec, ubicada al final de la avenida Las Flores.

El antorio o "anthurium" (nombre técnico de las calas) es la flor que da vida a estos diez galpones que reúnen unas diez mil plantas. A este cultivo, lo acompaña en mucho menor escala la siembra de otras flores tropicales. Todos recuerdan a El Rincón como el lugar donde se cultivaban rosas, y en efecto, eso se estuvo haciendo por unos ocho años, hasta que sus administradores decidieron renunciar a la reina de las flores por lo difícil de las mismas, dadas las condiciones climatológicas de la región.





Escrito por Carmen Luisa Florez Fotos Cortesía de Luis Rosales y Doris Díaz

(Diario Notitarde el día 9 de Agosto de 2000)

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